La incubación de huevos de pavo suele considerarse más compleja que la incubación de huevos de pollos de engorde, aunque, en esencia, el principio básico para obtener el éxito es el mismo tanto en las plantas de incubación de pavos como en las de pollos de engorde. La supervisión continua del proceso de incubación es crucial para comprender lo que experimenta el embrión dentro del huevo y garantizar el éxito de la incubación. En este artículo se destacan cuatro puntos clave que una planta de incubación de pavos debe monitorizar de cerca para lograr una incubabilidad y una calidad de los pavitos excelentes. 

Puntos clave para la incubación de huevos de pavo

Existen varias diferencias entre los huevos de pavo y los de pollo de engorde. En primer lugar, los huevos de pavo suelen tardar 28 días en incubarse en comparación con los 21 días de incubación de los pollos de engorde. En segundo lugar, los huevos de pavo son más grandes que los de los pollos de engorde: mientras que el peso medio de un huevo de pollo de engorde durante la producción aumenta de 50 a 70 gramos, el peso medio de los huevos de pavo aumenta de 79 a 97 gramos. En tercer lugar, la mayoría de los lotes de reproductoras de pollos de engorde de todo el mundo (aunque no todos) se reproducen de forma natural, mientras que la gran mayoría de los lotes de reproductoras de pavos se inseminan artificialmente. En consecuencia, la fertilidad tiende a ser mayor en los huevos de pavo, especialmente hacia el final de la producción. 

Aunque hay que tener en cuenta consideraciones específicas de cada especie, el punto de partida siempre es lo que el embrión experimenta durante la incubación. Una planta de incubación de pavos debe supervisar de cerca cuatro puntos clave para comprender lo que experimenta el embrión dentro del huevo y garantizar el éxito de la incubación. Las siguientes secciones se centran en uno de estos puntos clave. 

 

1. Temperatura de incubación

De todos los parámetros que determinan el éxito de la incubación, el más importante es la temperatura; más concretamente, la temperatura que experimenta el embrión dentro del huevo. El siguiente gráfico muestra la temperatura en el interior de un huevo de pavo, la temperatura de la superficie de la cáscara del huevo y la temperatura del aire de la incubadora a unos 10 mm del huevo (= aire microambiental) cuando los huevos de pavo se incuban a una temperatura fija de la máquina de 37,5 °C: 

  • Durante los primeros 11 días de incubación, la temperatura interna del huevo es ligeramente inferior a la temperatura del aire microambiental debido al enfriamiento por evaporación. El embrión sigue siendo pequeño, por lo que produce poco calor metabólico.
  • Sin embargo, a medida que el embrión empieza a crecer, cada vez produce más calor metabólico. Hacia la mitad de la fase de incubación, el nivel de calor metabólico supera el nivel de pérdida de calor a través del enfriamiento por evaporación. Al final de la incubación, la temperatura interna del huevo supera la temperatura del aire microambiental en aproximadamente 0,5 °C. 
  • Se supone que la diferencia entre la temperatura interna del huevo y la temperatura del aire macroambiental (= temperatura medida cerca del sensor de la máquina e indicada en el controlador de la incubadora) es incluso superior a 0,5 °C, dependiendo de la disposición de la máquina y de la velocidad aerodinámica sobre el huevo. Por lo tanto, para evitar el sobrecalentamiento de los huevos y la reducción de los resultados de la incubación, es importante monitorizar y controlar continuamente la temperatura interna del huevo, especialmente durante las últimas fases de la incubación, ya que la temperatura aumenta a medida que el embrión crece. 

La temperatura interna del huevo es de suma importancia… Pero, ¿cómo controlar este parámetro? Un hallazgo importante ilustrado en el gráfico es que la temperatura de la cáscara del huevo sigue muy de cerca a la temperatura interna. De ahí que la temperatura de la cáscara del huevo se utilice habitualmente en la incubación comercial para calcular de manera pragmática la temperatura interna. Tanto para los huevos de pavo como para los de pollo de engorde, el consenso es que la temperatura óptima de la cáscara del huevo durante la incubación es de unos 37,8 °C (100 °F). Cuando la temperatura de la cáscara del huevo se desvía del valor óptimo, el rendimiento de incubación está en riesgo. 

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Temperatura de un huevo de pavo incubado a una temperatura del aire de la incubadora fija de 37,5 °C; temperatura medida dentro del huevo (símbolo: cuadrado blanco), en la superficie de la cáscara del huevo (símbolo: estrella negra) y temperatura del aire de la incubadora a unos 10 mm del huevo (símbolo: cuadrado negro). Fuente: Nick French, Poultry Science, 1997.

Hay varias formas de controlar la temperatura de la cáscara del huevo. Para las comprobaciones puntuales, puede utilizar un termómetro de oído estándar utilizado para medir la temperatura corporal humana. Sin embargo, la realización de las mediciones de temperatura acabará interrumpiendo y perturbando el proceso. Para un control continuo que no interrumpa el proceso, puede utilizar registradores de datos con sondas de temperatura de superficie. Con este método, también hay que tener en cuenta algunos aspectos. Los registradores de datos ayudarán a registrar la temperatura y visualizar los datos, pero no dirigirán activamente el control de temperatura en la máquina. 

Dado que los huevos de pavo son más grandes que los huevos de pollo de engorde, el embrión de pavo de mayor tamaño también producirá más calor metabólico, normalmente alrededor de un 15 % más al final de la incubación que un embrión de pollo de engorde. Por lo tanto, es crucial que las incubadoras de pavos tengan de forma proporcional una mayor capacidad de enfriamiento o una menor capacidad de huevos para compensar el aumento de la producción de calor metabólico. Y lo que es aún más importante, los huevos de pavo requieren que pase un mayor volumen de aire por encima de cada huevo, tanto entre los huevos de la bandeja como entre las propias bandejas. Esto es importante para permitir que pase más volumen de aire sobre los huevos y eliminar el exceso de calor. Aumentar la densidad de los huevos en las bandejas o reducir la separación entre ellas puede tener efectos adversos en el rendimiento, incluso si se ha aumentado la capacidad de enfriamiento de la máquina, ya que esto reducirá la eficiencia del intercambio térmico entre el huevo y el aire. 

 

2. Humedad de la incubadora

Los huevos pierden agua durante la incubación. Esta pérdida de agua es necesaria para generar espacio suficiente en la cámara de aire y que el embrión infle sus pulmones después de la rotura interna de la cáscara. El nivel de humedad del aire que rodea los huevos influye directamente en el índice de pérdida de agua y, por ende, en la pérdida de peso. Cuanto mayor sea la humedad, menor será el índice de pérdida de agua (pérdida de peso). La cámara de aire puede acabar siendo demasiado pequeña si los huevos no pierden suficiente agua. Por lo tanto, los pulmones del embrión no podrán inflarse por completo y el pavito no podrá obtener suficiente oxígeno para el proceso de nacimiento, lo que provocará un mayor número de roturas de la cáscara de los embriones, pero sin nacimiento. Por otro lado, una pérdida excesiva de agua puede provocar la deshidratación del embrión. Un mayor número de embriones muertos de forma temprana puede ser un indicador de ello. 

Los estudios han demostrado que los mejores resultados de incubación se obtienen cuando un huevo de pavo pierde entre un 10 y un 12 % del peso del huevo fresco en el día 25 de incubación. Esto se puede controlar pesando las bandejas en el momento de la carga y en el de la transferencia, y calculando el porcentaje de pérdida de agua de acuerdo con las directrices de la casa genética. 

 

3. Ventilación

La ventilación es crucial para controlar la temperatura de incubación y la humedad de la incubadora. Las incubadoras deben estar debidamente ventiladas para suministrar oxígeno (O2) al embrión y permitir la salida del dióxido de carbono producido (CO2) y del agua evaporada. Algunos tipos de incubadora también dependen de la ventilación para enfriar los huevos. El nivel de ventilación debe ser suficiente para satisfacer la necesidades de respiración del embrión. Sin embargo, también es importante no ventilar en exceso. En general, el aire fresco que entra en la máquina es más fresco y seco que el aire que hay dentro de la máquina. Esto significa que cuanto más aire se introduzca, más difícil será mantener la humedad requerida y una temperatura uniforme dentro de la máquina sin puntos calientes y fríos locales. 

Si se requiere ventilación para suministrar O2 y eliminar solo CO2 la medición de los niveles de CO2 dentro de la máquina se puede utilizar para controlar adecuadamente los niveles de ventilación. 

 

4. Tiempo de incubación

El tiempo de incubación correcto es esencial para que los pavitos comiencen de la mejor manera posible su vida después de nacer. Un problema habitual es que los pavitos permanecen demasiado tiempo en la nacedora en un intento por hacer que nazcan todos los huevos. Esto puede provocar una alta mortalidad y un crecimiento prematuro desigual en las granjas. Saber a qué prestar atención puede marcar la diferencia. 

El comportamiento de los pavitos durante el saque es un buen indicador para identificar rápidamente los problemas. En caso de que los pavitos hayan permanecido demasiado tiempo en la nacedora, es de esperar que las aves sean muy ruidosas y activas y que tengan poca reserva de yema. Sus patas son muy finas debido a la deshidratación. Además, las cestas de nacedora se tiñen con meconio verde oscuro. Por otro lado, si el tiempo de incubación ha sido correcto, es de esperar que los pavitos estén tranquilos, calmados y se pongan de pie. Alrededor del 5 % de los pavitos pueden tener la nuca (parte posterior del cuello) húmeda, pero ningún pavito estará totalmente mojado. Los residuos de las cestas de nacedora están limpios, solo con algunas manchas de meconio. 

 

En resumen

El principio básico del éxito es el mismo tanto en las plantas de incubación de pavos como en las de pollos de engorde. La supervisión continua del proceso de incubación es crucial para comprender lo que está experimentando el embrión dentro del huevo y garantizar el éxito de la incubación. Deberemos procurar que sea el huevo el que nos diga qué hacer. Esto es esencial para lograr el mejor rendimiento en nuestras plantas de incubación. 

La naturaleza como referente

El proceso de nacimiento natural es el punto de partida de la filosofía de Petersime. Nuestra tecnología Embryo-Response Incubation™ imita la experiencia que tiene el embrión en el nido. Obtenga más información sobre cómo la tecnología de Petersime satisface explícitamente las demandas específicas de los pavos. No dude en ponerse en contacto con nosotros si desea obtener más información al respecto. 

Acerca del autor
Petersime Nick French Sql
Nick French Experto Independiente en Incubación de Aves

El Dr. Nick French se graduó en Zoología y Psicología por la Universidad de Bristol y obtuvo un doctorado en la Universidad de Bath. Ha trabajado en la industria avícola durante casi 40 años. A lo largo de su trayectoria profesional, Nick ha viajado por todo el mundo visitando a clientes de Aviagen para solucionar los problemas de incubación y ofrecer asesoramiento técnico. También ha redactado numerosos artículos científicos y técnicos sobre incubación y es conocido en el sector por su experiencia. 

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