La calidad de los huevos fértiles tiene un impacto significativo en la incubabilidad y la calidad de los pollitos. Al hacer que el control de calidad de los huevos forme parte de los procedimientos rutinarios de su planta de incubación, podrá mejorar los resultados de incubación. Aunque es bastante fácil evaluar la calidad externa del huevo comprobando su exterior, puede resultar más difícil realizar comprobaciones más profundas de forma periódica. Este artículo describe los factores de calidad interna más importantes para ayudarle a evaluar la calidad interna de los huevos.
¿Por qué realizar una comprobación más profunda?
Un huevo fértil es un espacio protegido en el que se desarrolla el embrión de pollo. Dentro del huevo se encuentran todos los nutrientes y mecanismos esenciales para favorecer un desarrollo y crecimiento óptimos del embrión. Sin embargo, durante la formación del huevo en el tracto reproductivo de la gallina, pueden producirse varios eventos que causen irregularidades en los huevos. Algunas de estas irregularidades afectan a la calidad interna del huevo, por lo que es importante realizar controles de calidad externos e internos. A continuación, se ofrece una vista general de los factores de calidad interna más importantes.
1. Fertilidad del huevo
Un primer parámetro es si el huevo se ha fecundado o no. A su llegada a la planta de incubación, los huevos incubables se pueden analizar antes de la incubación para distinguir los fértiles de los infértiles. Esto requiere una técnica específica que hay que desarrollar con la práctica. Sin embargo, cuando se aplica esta técnica, una desventaja que presenta es la pérdida de huevos fértiles valiosos, ya que se trata de un procedimiento destructivo. Un huevo fértil se caracteriza por un blastodermo que tiene una apariencia anular claramente definida (visto como un anillo blanco simétrico con un área clara en el centro). Si por cualquier razón el huevo es infértil, se ve un blastodisco con forma irregular y con volantes. Un blastodisco también es de color más suave y de menor tamaño en comparación con un blastodermo. Es un hecho conocido que la fertilidad disminuye a medida que aumenta la edad del lote, pero una disminución repentina de la fertilidad podría ser un indicador de que existe un problema con la reproductora y una razón para realizar análisis más profundos.
Dicho esto, es importante garantizar una correcta manipulación y almacenamiento de los huevos incubables, de modo que los embriones de buena calidad puedan permanecer en perfecto estado. La división celular de un embrión comienza en el momento de la fecundación del óvulo. Después de la puesta, el blastodermo consta de aproximadamente 60.000 células. La manipulación y el almacenamiento inadecuados en la granja de reproductoras, durante el transporte o en la planta de incubación reducirán drásticamente las posibilidades de producir un pollito de un día saludable a partir de ese mismo huevo.
2. Calidad de la yema
La yema es una parte esencial del huevo fértil y constituye una importante fuente de alimento para el embrión en desarrollo. El estado de la yema se puede investigar realizando un análisis de embriodiagnosis de huevos frescos. La yema debe ser clara y no moteada. Una yema moteada es un indicador de estrés en la granja de reproductoras. Una mala yema aumenta el riesgo de mortalidad embrionaria temprana durante la incubación.
3. Calidad de la albúmina
La albúmina (clara del huevo) proporciona proteínas esenciales para el embrión en desarrollo. También protege al embrión de cualquier bacteria que pueda introducirse en el huevo. Raymond Haugh inventó la prueba más común para determinar la calidad de la albúmina, que se realiza durante el análisis de embriodiagnosis de huevos frescos. Después de pesarlo, se rompe un huevo sobre una superficie plana. Se utiliza un calibre micrométrico para determinar la altura de la albúmina que rodea la yema. La altura, correlacionada con el peso, determina la Unidad Haugh. Cuanto mayor sea el número, mejor será la calidad de la albúmina del huevo.
La Unidad Haugh puede calcularse mediante la siguiente fórmula: HU = 100 × Log10 (H – 1,7 W0,37 + 7,6)
- HU: Unidad Haugh
- H: altura observada de la albúmina (en milímetros)
- W: peso del huevo (en gramos)
Unidad Haugh calculada |
Calidad de los huevos |
90 o más | Excelente |
80-89 | Muy buena |
70-79 | Moderada |
69 e inferior | Pobre |
4. Resistencia de la membrana vitelina
La membrana vitelina alberga la yema y la mantiene separada de la albúmina. Mantener intacta esta membrana protectora durante todo el desarrollo embrionario en el huevo es crucial para su supervivencia. Esta membrana no debe estar arrugada, es decir, no debe presentar pequeños arañazos en la membrana que rodea la yema. Si la membrana vitelina está dañada o rota, la yema puede mezclarse con la albúmina, lo que en última instancia conduce a la mortalidad embrionaria.
5. Huevos sin patógenos
Hay algunos grupos importantes de patógenos que pueden ser problemáticos: bacterias, Escherichia coli (E.coli), Salmonella, Pseudomonas y Aspergillus. Estas impiden el desarrollo del embrión e incluso pueden destruir el huevo durante la incubación. Por eso es extremadamente importante que los huevos fértiles estén libres de patógenos.
Aunque es imposible comprobar la presencia de patógenos en un huevo cuando está fresco (a menos que se realice un análisis de laboratorio), su presencia se revelará claramente después del nacimiento. El nivel de contaminación puede variar entre el 0 y el 0,5 % en los lotes jóvenes y de mediana edad (25-35 semanas) y entre el 1 y el 2 % en los lotes de más de 36 semanas (en función de la gestión de la granja de reproductoras). Al realizar un análisis de embriodiagnosis posterior al nacimiento, se puede determinar el nivel de contaminación. Un aumento repentino de la contaminación caracterizado por «huevos bomba» puede indicar problemas en la gestión de los huevos, ya sea en la granja o en la planta de incubación. La hoja de datos de embriodiagnosis, que contiene el número exacto de huevos contaminados, debe compartirse con el equipo de la granja y el equipo de la planta de incubación para tomar las medidas adecuadas. Los lotes con registros de contaminación superiores al 0,5 % deben recibir una especial atención en lo que respecta a los procedimientos de manipulación y desinfección de huevos.
En resumen
Es necesario evaluar la calidad interna de los huevos de forma periódica. Garantizar la existencia de procedimientos para evaluar la calidad interna de los huevos fértiles entrantes ayudará en gran medida a proteger la planta de incubación de problemas de calidad.
Petersime estará encantado de ayudarle a obtener más información sobre cómo controlar la calidad de los huevos en la planta de incubación. Este tema se trata en los programas de formación que ofrecemos. No dude en ponerse en contacto con nosotros si desea obtener más información al respecto.